Posted: 2/22/2017
La exposición a materiales peligrosos y la consiguiente contaminación pueden suceder en un instante
Un episodio reciente de la serie televisiva de CBS Code Black mostró lo que sucede en una sala de emergencias cuando los pacientes y el personal son contaminados con un material peligroso. En la vida real, puede provocar el cierre de una instalación y, en casos excepcionales, causar la muerte. En 1995, un ataque con gas sarín en Tokio causó estragos en los hospitales que no contaban con unidades de descontaminación y cuyos empleados no usaban equipos de protección individual. Como resultado, 475 trabajadores de hospitales fueron estudiados, más de 100 presentaron síntomas y uno fue hospitalizado.
Desde entonces, la Joint Commission y otros organismos reguladores han exigido a los hospitales y sistemas de salud que cuenten con una unidad de descontaminación para evitar la exposición a agentes biológicos, químicos y radiológicos, y la contaminación por esos agentes. En Parkland Memorial Hospital, el equipo de Gestión de Catástrofes es responsable de supervisar las actividades de descontaminación, entre ellas la capacitación de miembros que pueden ser llamados a brindar servicio de un momento a otro.
“Aunque hay actividades de índole terrorista que pueden provocar la exposición a materiales peligrosos o la contaminación por ellos, lo más probable es que ese contacto suceda como resultado de accidentes o catástrofes naturales,” señaló David McCarty, uno de los oficiales de Gestión de Emergencias de Parkland. “Un tornado o una inundación pueden destruir una planta química, o un accidente hogareño puede dar lugar a una situación peligrosa.”
McCarty mencionó productos de limpieza del hogar como amoníaco o blanqueador que, aunque no presentan ninguna amenaza al usarse por separado, al combinarse entre sí pueden emanar gas de cloro, lo que puede ser fatal. Hizo hincapié en la importancia de leer las etiquetas para cerciorarse de usar todos los productos en forma segura. “Que un producto afirme ser ‘completamente natural’,” dijo el “no significa que no pueda ser nocivo si se usa de manera incorrecta.”
Parkland, al igual que otros hospitales, recibe una notificación de los primeros intervinientes en la escena en la que informan que un paciente puede haber estado expuesto a materiales peligrosos. Los pacientes pueden ser descontaminados in situ o en el hospital. Cerca del departamento de emergencias de Parkland, pero no dentro de él, se encuentra una habitación donde hasta 10 pacientes pueden quitarse la ropa y frotarse bien con agua y jabón antes de recibir batas del hospital y ser llevados a la sala de emergencias.
Si sucediera un evento en el que más de 10 personas resultaran expuestas o contaminadas, Parkland cuenta con una unidad exterior de descontaminación con cortinas que aportan privacidad y agua corriente donde los pacientes pueden lavarse. En el lugar hay personal del equipo de descontaminación de Parkland.
Hay aproximadamente 100 empleados en todo el sistema hospitalario que han recibido capacitación teórica y práctica, y que están preparados para responder siempre que se activa el equipo de descontaminación. A los miembros del equipo se les enseñan formas de ponerse y quitarse los equipos de protección individual, como batas, guantes, botas y máscaras, incluso las que poseen sistemas de filtración autónomos. También se les enseña cómo quitarles los agentes contaminantes a los pacientes de forma minuciosa y segura.
Jennifer Ochieng es miembro del equipo de descontaminación desde hace dos años. Como es prevencionista de infecciones en Parkland y tiene experiencia en la gestión de emergencias sanitarias, encajaba naturalmente en la tarea.
“Necesitamos estar preparados para el próximo gran patógeno emergente. Apenas unos pocos meses después de incorporarme al equipo de descontaminación, el virus del Ébola llegó a Dallas, y mi intervención fue fundamental en ese momento,” afirmó Ochieng. “Pudimos cooperar y asegurarnos de que estábamos preparados con equipos de protección individual específicos para el Ébola.”
En el marco de su capacitación con el equipo, asistió a talleres y realizó ejercicios sobre patógenos emergentes, y forjó relaciones con otros responsables de gestión de emergencias y personal de descontaminación de la zona. “Esas relaciones,” dijo ella, “Serán esenciales si llega a suceder una verdadera situación de emergencia en el área de Dallas-Fort Worth.”
Rudy Vasquez Jr. es miembro del equipo de descontaminación de Parkland hace ocho años y cree que su entrenamiento en preparación para emergencias ha sido beneficioso para pacientes, colegas y la comunidad en general.
“Durante el brote de Ébola de 2014, tuve el orgullo de ser uno de los intervinientes principales y recibí una capacitación intensiva en nuestra unidad del condado de Dallas, en Richardson,” comentó Vasquez, supervisor de Operaciones Comerciales de las clínicas de Ortopedia, Manejo del Dolor y Cirugía Plástica de Parkland. “Ser parte de este equipo me permitió colaborar con muchos otros integrantes del equipo provenientes de distintos departamentos, contextos y profesiones.”
Los cursos de incorporación iniciales, el entrenamiento continuo y los ejercicios les garantizan a los miembros del equipo que están preparados para dar cualquier tipo de respuesta, como la descontaminación en casos de exposición a agentes químicos, biológicos y radiológicos, observó Vasquez, y añadió: “La dirección reconoce la importancia de este equipo y nos ha apoyado en todo momento.”
Para obtener más información sobre los servicios de Parkland, visite www.parklandhospital.com/es.