Posted: 1/7/2019
“Los grupos de apoyo me hicieron sentir incluida por primera vez en la vida”
De acuerdo con el sitio web del Departamento de Transporte de Texas, aproximadamente cada 20 minutos alguien es herido o muere en Texas en algún accidente vehicular causado por el consumo de alcohol. Si bien muchos accidentes producidos por la ingesta de alcohol involucran a estudiantes universitarios, las noticias citan a personas de todas las edades y condiciones sociales, desde pastores y sacerdotes hasta políticos y miembros de la PTA, por haber conducido ebrias.
Cindy Grimes sabe muy bien qué impacto puede tener un conductor ebrio en la vida: ha vivido las consecuencias de esto durante casi cinco décadas.
Grimes solo tenía 19 años cuando ella y su esposo Michael se convirtieron en los orgullosos padres de una hermosa niña, Catherine Michelle. “Mi vida pasó de uno de los días más felices de mi vida, el día en que fui dada de alta del hospital para comenzar mi vida y mi familia con mi primera hija, a estar viva y aplastada dentro de un auto en llamas del que no podía escapar,” relató.
Luego de haber sido embestido por un conductor ebrio, el auto de Grimes explotó en una ardiente bola de llamas. Los dos padres jóvenes, su hija de 5 días y la madre de Grimes quedaron atrapados dentro. En lugar de intentar ayudar a salvar a la familia, el conductor huyó. A pesar del infierno, el hermano de Grimes, que conducía detrás de la joven familia, corrió contra el tiempo para salvar a sus seres queridos. Aunque sufrió quemaduras en sus manos, brazos y cara, su hermano nunca dejó de intentar rescatar a su familia. Lamentablemente, la madre de Grimes y la pequeña Catherine Michelle murieron a causa de sus heridas.
“La única fotografía que tengo de ella es la que tomamos a través de la ventana del nursery del hospital,” dijo.
Cuatro días después del accidente, Grimes fue trasladada de un hospital de Tyler al Centro Regional de Quemados de Parkland Memorial Hospital, donde pasó los siguientes meses. Al sufrir quemaduras severas, tener varios huesos rotos y un pie cercenado que se tuvo que reimplantar, Grimes recuerda vívidamente el proceso de desbridamiento por el cual los enfermeros tenían que removerle la piel muerta de su cuerpo.
“Les rogaba que pararan,” dijo. “Lejos estaba de saber que esto era solo el comienzo de meses de súplicas para que me dejaran morir.”
Pero agregó, “Los enfermeros de Parkland fueron tan dulces y atentos, y cómo pudieron continuar con su trabajo escapa mi entendimiento. Pensaba que todo esto era solo una pesadilla y que, si gritaba tan fuerte como pudiera durante el mayor tiempo posible, me iba a despertar y esto no iba a estar realmente sucediendo.”
Pero sí que estaba sucediendo.
Las lesiones de Grimes ocurrieron mucho antes de que Parkland comenzara sus esfuerzos para ayudar a los sobrevivientes de quemaduras no solo con sus cicatrices físicas, sino también con sus cicatrices emocionales. A pesar de la atención compasiva que recibió, Grimes cuenta que a menudo se sentía aislada y sola.
“Las lesiones por quemaduras graves son, afortunadamente, bastante poco comunes. Pero eso significa que a veces nuestros pacientes se van a casa sintiendo que nadie más a su alrededor comprende lo que les está pasando,” afirmó Stephanie Campbell, RN, Directora del Programa de Quemados de Parkland. “Hemos recorrido un largo camino en los más de 40 años desde que Cindy resultó herida, y un área de cuidado de quemaduras que recibe cada vez más atención es el apoyo que los sobrevivientes necesitan más allá del alta hospitalaria. La conexión que sienten los sobrevivientes y sus familiares cuando comparten sus experiencias y se brindan apoyo mutuo es extremadamente importante. Descubrimos que a veces la mejor medicina es, simplemente, unir a las personas.”
A lo largo de las décadas, el programa de cuidados posteriores para personas con quemaduras de Parkland ha crecido hasta incluir una reunión anual, un retiro para adultos, un grupo de apoyo, un programa de apoyo mutuo y otros eventos sociales para los sobrevivientes y sus familias. En 2017, Parkland creó el programa RISE (del inglés Resources Inspiration Support Experiences: Experiencias de Apoyo Inspiradas en Recursos) para sobrevivientes de quemaduras y sus familias, que reúne todos los recursos de cuidados posteriores en un solo programa integral.
“Parte del programa RISE incluye la identificación formal de pacientes que podrían beneficiarse al formar parte de nuestra comunidad de sobrevivientes de quemaduras y garantizar que salgan del hospital conociendo los recursos disponibles para ellos,” informó Campbell. “De hecho, los visitamos en su habitación y comenzamos a conversar sobre los cuidados posteriores antes de que se vayan a su casa. Les explicamos a los pacientes cómo muchos de nuestros sobrevivientes de quemaduras sienten que conocer a otras personas que pasaron por lo mismo los ha ayudado en los momentos más difíciles de su recuperación.”
Durante las visitas de RISE, los enfermeros con experiencia en cuidados de quemaduras brindan información a los pacientes y sus familias sobre los recursos locales, como el grupo de apoyo para sobrevivientes de quemaduras, el programa de apoyo mutuo y cualquier evento venidero. Otros temas que abordan son volver a mostrarse en público con cicatrices visibles, y cómo lidiar con las miradas y las preguntas de los extraños. También se habla sobre los recursos nacionales disponibles por Internet para sobrevivientes de quemaduras, y los pacientes se llevan a casa un paquete con información sobre RISE. Pueden inscribirse en las comunicaciones de RISE para saber siempre cuándo ocurrirá el próximo evento o cuándo se reunirá el grupo de apoyo.
“Ya contábamos con una increíble red de sobrevivientes de quemaduras que querían ayudar a otros, así que creamos RISE para continuar construyendo este fuerte sentido de comunidad. Desde la creación de RISE, hemos añadido más eventos para ayudar a unir a nuestros pacientes y sus familias. Hemos tenido un evento social en donde comimos helados, una fiesta por la Semana de la Concientización sobre las Quemaduras e incluso un día al aire libre para los adultos sobrevivientes de quemaduras,” dijo Campbell. “Un resultado maravilloso e inesperado de la creación de RISE es que nos encontramos cada vez con más pacientes que, aunque se lesionaron hace años o incluso décadas, aún quieren formar parte de la comunidad de RISE.”
Grimes escuchó acerca del grupo de apoyo por primera vez a través de otro sobreviviente de quemaduras de su localidad. Hace poco, asistió a una fiesta para sobrevivientes de quemaduras de RISE que se celebró en el este de Texas y al retiro para adultos sobrevivientes de quemaduras.
En un reciente retiro, mientras las lágrimas fluían por su rostro, Grimes observó a las personas sentadas a su lado. Cuenta que los grupos de apoyo la hicieron sentir incluida por primera vez. Al describir el aislamiento que experimentó durante los últimos 40 años, dice que el terrible accidente no solo la hizo perder a su madre y a su primogénita, sino que “también la hizo perder a Cindy.”
“Sí, tengo días difíciles. Si, me deprimo. Sí, odio estar cubierta por grotescas cicatrices. Sí, pensé en suicidarme. Pero tuve una buena vida porque decidí que iba a tener una buena vida. Tengo una familia y amigos cariñosos, y tengo al Señor que siempre está a mi lado para hablar cuando lo necesito,” dijo Grimes.
“Traté de solucionarlo sola, pero no fue posible. Se necesita de la fe, de la familia y de los amigos, pero también se necesita de coraje y determinación y, a veces, tienes que decirte a ti mismo a cada momento que puedes manejar esto porque eres más grande que cualquier cicatriz que te cubra.”
Para obtener más información sobre los servicios disponibles en Parkland, visite www.parklandhospital.com.