Posted: 8/15/2018
Expertos de Parkland explican las señales de advertencia y ofrecen soluciones
Mientras los estudiantes vuelven a clases, sus padres deben estar atentos a uno de los desafíos cada vez más frecuentes: el bullying, o acoso escolar. Aunque a menudo los consejos que escuchamos van dirigidos a las víctimas de los acosadores, rara vez escuchamos sobre el otro lado del problema: ¿qué deben hacer los padres si su hijo es el acosador? Los expertos en salud conductual de Parkland Health & Hospital System afirman que es importante comprender e intervenir cuando un niño acosa a los demás.
Al bullying se le define como un comportamiento agresivo no deseado que implica un desequilibrio del poder real o percibido. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC, Centers for Disease Control and Prevention), estos comportamientos típicamente involucran a personas jóvenes que no son hermanos ni parejas amorosas. Por lo general, estas conductas se repiten o tienden a repetirse con bastante frecuencia.
“El bullying puede ser físico, verbal o social y puede ocurrir en cualquier lugar, tanto personalmente como a través de un dispositivo electrónico,” dijo Cynthia Castillo, LCSW de la clínica Irving Health Center de Parkland. “Las señales que pueden indicar que alguien está siendo acosado incluyen lesiones inexplicables, efectos personales perdidos o destruidos, sentirse enfermo o fingir estar enfermo con frecuencia, baja de calificaciones y disminución de la autoestima.”
El bullying no solo es un problema serio para las víctimas, sino también una bandera roja que indica problemas subyacentes para los acosadores y sus familias.
“Es importante tener en cuenta que los niños no acosan a los demás porque son malos. Muchos niños en edad escolar recién ahora comprenden ciertas cosas e incluso los niños buenos a veces cometen errores,” expresó Margaret Esquivel, LCSW de la clínica Irving Health Center de Parkland.
Según los expertos de StopBullying.gov, sitio web del gobierno federal administrado por el
Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., existen dos clases de niños que tienen una mayor tendencia a acosar a otros niños:
• Algunos tienen una buena relación con sus compañeros, tienen poder social, están demasiado preocupados por su popularidad y les gusta dominar o estar a cargo de los demás.
• Otros están más aislados de sus compañeros y pueden estar atravesando un período de depresión o ansiedad, tienen baja autoestima, participan menos de las actividades escolares, son fácilmente presionados por sus compañeros o no se identifican con las emociones o sentimientos de los demás.
Los niños también son más propensos a acosar a otros niños si:
• Son agresivos o se frustran con facilidad
• Tienen menos control de sus padres o tienen problemas en la casa
• Piensan mal de los demás
• Tienen dificultades para obedecer reglas
• Consideran que la violencia es algo positivo
• Tienen amigos que acosan a otros niños
“Un chico puede ser agresivo por una variedad de causas. Por ejemplo, querer encajar con los demás, demandar atención y no comprender totalmente cómo el bullying hace sentir a los demás,” describió Esquivel.
Si bien es algo doloroso para todos los involucrados, reconocer el problema y afrontarlo rápidamente es algo crucial. “Los padres deben actuar de inmediato cuando sospechan que su hijo está involucrado en un acto de bullying,” afirmó Esquivel.
Castillo dice estar de acuerdo. “Los padres deben establecer que un comportamiento de acoso no es aceptable, y que tal comportamiento debe tener consecuencias. El siguiente paso es descubrir por qué su hijo decidió acosar a otro niño a fin de desarrollar la respuesta adecuada.”
Una vez abordado el comportamiento y sus posibles causas, “Los padres deben recordarle a sus hijos que cada elección lleva a una acción, y que cada acción tiene una consecuencia”, dijo Esquivel. “A veces, los chicos se niegan a responsabilizarse por sus acciones. Lo mejor que se puede hacer es continuar hablando sobre la situación hasta que comprendan qué se espera de ellos.”
Los padres pueden tomar medidas adicionales de las siguientes maneras:
• Establecer consecuencias lógicas. Negarles privilegios, como el uso de la computadora o el teléfono móvil, o suspender actividades que les gusta hacer. Esto puede hacer que los niños reflexionen acerca de sus acciones.
• Enseñarles nuevas habilidades. Si un hijo tiene un comportamiento agresivo debido a un sentimiento de frustración o enojo, los padres deben considerar aplicar técnicas para el control de sus emociones. Si su hijo hace bullying para captar la atención o tratar de encajar con los demás, esto podría indicar un problema de autoestima. Los padres pueden ayudar a que sus hijos vean el valor que tienen más allá de lo que digan sus compañeros. Si el bullying está relacionado con querer pertenecer a cierto grupo de amistades, ayude a su hijo a desarrollar amistades saludables.
• Evitar tomar medidas humillantes. La humillación es un tipo de bullying y no se debe utilizar para disciplinar.
• Céntrese en la empatía. Cuando los niños aprenden a ver las cosas desde otras perspectivas, serán menos propensos a cometer bullying en el futuro.
“Si el bullying se detecta tempranamente y se aborda adecuadamente, lo más probable es que no vuelva a suceder. Alentamos a los padres a estar atentos a los comportamientos de sus hijos y buscar ayuda profesional si es necesario,” dijo Esquivel.
Para obtener más información, visite www.parklandhospital.com y http://www.stopbullying.gov.