Posted: 3/19/2018
Toxicóloga de Parkland comparte su amor por la toxicología durante la Semana de Prevención de Envenenamiento
Como cualquier fan de las novelas de Agatha Christie podría dar fe, es importante conocer los venenos. Desde la absenta al arsénico pasando por al agente naranja, las sustancias tóxicas han influido en el curso de la historia humana – no solo en las historias de asesinos misteriosos, sino también en las guerras, la política, la medicina, la agricultura, la fabricación y en todos los aspectos de la vida del hombre, incluso los románticos, a lo largo de los siglos.
“La toxicología me fascina,” afirma Sarah Shafer, MD, quien está completando la capacitación posdoctoral de especialista en esa área en Parkland Health & Hospital System y en UT Southwestern Medical Center. “Suelo bromear con que soy una evangelista de la toxicología porque, para mí, literalmente todo está relacionado con este campo. La historia de la toxicología es, en muchos sentidos, la historia de la humanidad.”
Durante la Semana Nacional de Prevención de Envenenamiento, que tendrá lugar del 20 al 26 de marzo, la Dra. Shafer y otros especialistas del Centro de Envenenamiento del Norte de Texas (NTPC, North Texas Poison Center) de Parkland desean generar conciencia y reducir la incidencia de intoxicaciones no intencionales, ya sea por sobredosis accidentales de Tylenol o por consumo de drogas ilegales.
“Estamos rodeados de sustancias mortales en nuestros hogares, automóviles, jardines, escuelas y lugares de trabajo,” señala la Dra. Shafer. “Es un mundo peligroso y necesitamos saber cómo protegernos a nosotros mismos y a nuestros familiares de los peligros que se esconden debajo de nuestros fregaderos y en nuestros botiquines.”
Pero a la Dra. Shafer también le encanta compartir su amor por su profesión, que se despertó durante una rotación de residencia en el Hospital Bellevue de Nueva York. “Estaba en una clase sobre betabloqueantes y algo me tocó una fibra profunda. Un toxicólogo explicaba la manera en que esos medicamentos afectaban el proceso de la enfermedad y podían solucionar el problema. Fue como poner la medicina bajo la lupa, y ahí me surgió la idea de hacer una especialización posdoctoral en toxicología.”
Aunque le gusta más la biología celular que la historia, la Dra. Shafer disfruta contado curiosidades sobre la toxicología. “La toxicología es parte de nuestra vida cotidiana y nos afecta a cada uno de nosotros de innumerables maneras. Antes de que existieran los medicamentos, las personas experimentaban con plantas y minerales, y les daban nuevos usos.”
Por ejemplo, dice, las flechas venenosas utilizadas por los cazadores primitivos para paralizar a sus presas. “El curare es una toxina derivada de plantas selváticas que hervían hasta producir un compuesto negro espeso en el que luego sumergían sus flechas. Causa parálisis muscular, pero solo por inyección, no por ingestión. En los hospitales el curare se administra a diario a los pacientes como paralizante muscular antes de una cirugía o una intubación, o para provocar un coma inducido médicamente,” dice.
En el 2017, la Dra. Shafer ganó una competencia en la conferencia nacional del American College of Medical Toxicology con una presentación titulada “La Trinidad Nefasta: Satán, Santa Claus y el Níquel.” Este año competirá nuevamente con una presentación titulada “La Alquimia Hecha Realidad,” donde hablará del descubrimiento de la síntesis química a mediados del siglo XIX que condujo al desarrollo de la química farmacéutica.
“Aunque no llegamos a descubrir cómo convertir el plomo en oro, hemos descubierto cómo convertir el alquitrán de hulla, utilizado por la industria farmacéutica como base para innumerables medicamentos, en un negocio multimillonario que supera con creces los ingresos anuales de la industria de extracción de oro,” afirma.
En la antigüedad, los chinos, los egipcios, los sumerios, los griegos y los romanos experimentaban con venenos y antídotos. Aquellos científicos en ciernes probaban químicos, hierbas y pociones en ellos mismos y en sus prisioneros. Shen Nung, conocido como el padre de la medicina china, murió por sobredosis tóxica de una hierba en el siglo XXVII a. C. Sócrates y Cleopatra decidieron poner fin a su vida con veneno: él bebiendo cicuta y ella por la mordedura letal de una cobra egipcia.
Catalina de Médici, reina de Francia en el siglo XVI, era conocida como asesina experta que probaba venenos en pobres y enfermos incautos, además de en sus rivales políticos. Se cree que usó un par de guantes de cuero envenenados para deshacerse de un enemigo.
En 1250, el fraile dominico Alberto Magno descubrió el arsénico, una sustancia letal que luego elegirían asesinos reales y ficticios, desde Chaucer hasta Sir Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Dorothy Sayers, Dashiell Hammett, Rex Stout y el dramaturgo estadounidense Joseph Kesselring en su siempre popular comedia teatral “Arsénico y Encaje Antiguo”.
La mayoría de la gente no piensa demasiado en los venenos, pero deberían, asegura la Dra. Shafer. “La mejor forma de prevenir el envenenamiento accidental es aprender más sobre las sustancias cotidianas potencialmente venenosas que nos rodean y conocer los riesgos. El Centro de Control de Envenenamiento está a disposición de las personas las 24 horas todos los días para ayudarlas en caso de intoxicación. Pero nuestro principal interés es ayudar a las personas a reducir los riesgos antes de que ocurra una emergencia por envenenamiento.”
El consumo experimental de drogas y otras conductas riesgosas de los adolescentes, como la moda actual de ingerir cápsulas de detergente para la ropa, son preocupaciones importantes para los toxicólogos, advierte la Dra. “La tendencia más peligrosa que vemos hoy es la adición de fentanilo a los opioides del mercado. Esos productos no tienen controles de regulación, etiquetado, calidad ni potencia. La gente piensa que es heroína, pero no saben lo que están consumiendo. Es un comodín, algo sumamente riesgoso.”
La dosificación suele ser clave en lo que respecta a sustancias potencialmente letales que pueden tener efectos beneficiosos cuando se usan en pequeñas cantidades. A Paracelso (1493-1541) se le atribuye la clásica máxima toxicológica: “Todas las cosas son venenosas y nada carece de veneno; solo la dosis hace que algo no sea venenoso.” En pocas palabras: “El veneno está en la dosis.”
Una de las preguntas más extrañas que la Dra. Shafer recibió de una persona que llamó al NTPC fue si la mordedura de un perezoso era venenosa. “Tuve que buscarlo; resulta que la mordedura no es venenosa. De todos modos, le dije a esa persona que estuviera alerta a posibles infecciones.”
Una de las sobredosis más comunes informadas en los centros de envenenamiento de los Estados Unidos es el paracetamol, señala la Dra. Shafer. “También es la principal causa de hepatitis fulminante en los Estados Unidos. Solo dos píldoras de concentración extra más por día —apenas un 25 % por encima de la dosis diaria máxima— durante varios días puede causar daño hepático, y menos de cuatro veces la dosis máxima diaria puede causar la muerte.”
Desde temerarios desafíos de cápsulas de detergente hasta mordeduras de serpiente accidentales o sobredosis de drogas, la posibilidad de que ocurran intoxicaciones está siempre presente. Afortunadamente, el NTPC ofrece asesoramiento médico sin costo tanto para el público en general como para profesionales sanitarios que necesiten asistencia experta a través de acceso telefónico gratuito las 24 horas a una red de enfermeras, farmacéuticos, paramédicos y médicos especialistas en toxicología. Si tiene una emergencia o una pregunta sobre algún veneno, llame a la línea de ayuda por envenenamiento al 1-800-222-1222.
Y, si desea saber más sobre toxicología, la Dra. Shafer recomienda aprender del tema ya sea como un hobby o como una profesión. “El ingenio humano es asombroso. Hay rastros de historias de ciencia ficción en la tecnología y la toxicología de nuestra época.”
Para obtener más información acerca de Parkland, visite www.parklandhospital.com